Es un proceso centrado en proteger al/a la menor del conflicto interparental, que se inicia con la elaboración de un plan de parentalidad supervisado por profesionales imparciales que asisten a los/as progenitores/as separados/as o divorciados/as implementando una nueva herramienta para la resolución de conflictos parentales que reduce el coste económico y emocional.
La coordinación parental está destinada principalmente a familias que presentan alto conflicto parental post-ruptura y que se mantiene de forma persistente incidiendo en la estabilidad y las necesidades de desarrollo de los/as hijos/as, que tienen dificultades en la capacidad o la voluntad de toma de decisiones de forma conjunta, establecer acuerdos y/o en cumplir con las resoluciones judiciales.
La solicitud para iniciar una coordinación parental puede realizarse a través de:
No obstante, es preferible que un juez se apodere del archivo y emita un mandato respecto a ello.